Jay Romero prepara un plato para su hermanastra Chloe Temple, quien le pregunta por sus intenciones. Chloe lo ayuda a dejar el plato, pero Jay se da cuenta de que su mano no cuenta como sexo. Apuesta con Jay a esperar menos de una semana. Más tarde, Chloe está ocupada preparando postres y horneando. Jay pierde la apuesta cuando deja caer su moneda y media en el ataúd de Chloe. Chloe llora y come las cenizas, celebrando su victoria.